Soleares es quizás el toque más importante en el estudio de la guitarra flamenca. Las soleares personifican el corazón y el alma de la música flamenca, encarnando su núcleo vital: ritmo y armonía. De hecho, la estructura rítmica ("compás") desempeña un papel tan central que cuando un guitarrista domina realmente el compás, está en el buen camino para convertirse en un virtuoso experto en el arte de la guitarra flamenca. En Andalucía, la región de España donde nació el flamenco, todos los estudiantes de guitarra flamenca comienzan con su estudio. Además, Soleares es un toque fundacional; muchos otros toques se han desarrollado a partir de su inspiración. Como guitarrista, aprenda a dominar este toque, absorbiendo su poderoso impulso en sus propios huesos. Aunque tenga que volver casi locos a sus amigos y familiares al oírle tocar, hágalo, porque es la naturaleza misma de la música flamenca.
En cuanto a sus orígenes, las raíces de Soleares son inciertas y controvertidas, como suele ocurrir con el flamenco y otras formas artísticas tradicionales. El barrio de Triana de Sevilla fue probablemente el centro más influyente en su desarrollo. Otros lugares, sin embargo, han influido en Soleares, dándole sus propios sabores distintivos. Algunos historiadores afirman que las canas y los polos son las formas más antiguas, mientras que otros sugieren que las soleares son anteriores a éstas y afirman que su herencia procede de toques más desenfadados que se utilizaban como acompañamiento en los bailes. Hoy en día, sin embargo, el Toque por Soleares es solemne y majestuoso, rico en pasión, tanto si se utiliza como solo de guitarra, como acompañamiento de cante o baile.
El origen de la palabra "Soleares" procede de la palabra "solea", cuyo origen es probablemente una corrupción de "soledad", que significa "soledad" o "soledad". Las melancólicas coplas del cante pueden ser irónicamente filosóficas o románticas, pero con los temas generales de la tragedia, la desolación y la muerte.