Esta pieza, que ha tocado la fibra sensible de oyentes de todo el mundo, tiene un origen fascinante. Una biblioteca de Dresde (Alemania) había obtenido algunos de los manuscritos originales de Albinoni. Durante la Segunda Guerra Mundial, la biblioteca sufrió graves daños durante los bombardeos aliados. Afortunadamente, un compositor italiano, musicólogo, descubrió un fragmento del manuscrito. Su reconstrucción de la pieza sobre ese fragmento es lo que hoy conocemos como el Adagio en sol menor de Albinoni.
A través del cine y la televisión, su popularidad se ha extendido mucho más allá de la sala de conciertos. Esta pieza, que podría haber acabado en el cubo de la basura, es ahora una de las piezas de bis más populares para los violinistas.
En la guitarra clásica solista, el Adagio se vuelve más íntimo, el grito de un corazón solitario. Verdaderamente, un guitarrista que aprenda esta pieza tendrá algo que tocar que es instantáneamente reconocible, incluso para oídos no entrenados.
Clip de la práctica del spot:
[youtube]http://www.youtube.com/embed/FpoY7BdzT4Y[/youtube]A menudo, en el estilo clásico de la guitarra, la textura requiere que el guitarrista sostenga notas en las cuerdas graves para acompañar una línea melódica en las cuerdas agudas. Aquí, tenemos la línea de bajo repetida en un compás de 3/4 acompañando a dos líneas en relación contrapuntística, lo que crea una textura compleja en el diapasón de la guitarra. En estos casos, lo mejor es practicar cada compás por separado hasta que entiendas bien la textura y la digitación tanto de la mano izquierda como de la derecha. Luego, poco a poco, combina los compases que has practicado uno a uno.
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