Esta obra temprana de Erik Satie (1866-1925), sobria e inquietante, de una belleza indescriptible, muestra su genio creativo, a pesar de no haber completado sus estudios en el Conservatorio de París no una, sino dos veces. Decir que Satie era un innovador es quedarse corto. Su voluntad de aprender de escuelas de pensamiento que iban desde la Schola Cantorum de París hasta el movimiento Dadá le ayudó a extender su proceso de pensamiento más allá de la norma y, como resultado, produjo piezas que trascendían los estilos y formas compositivas de su época.
Clip de la práctica del spot:
[youtube]http://www.youtube.com/embed/OCmIe5Dq3_k[/youtube]Una buena forma de practicar este pasaje es eliminar el acompañamiento. Localice y practique primero las notas de la melodía. Después, estudia las notas en las que se juntan simultáneamente los acordes de cuerda al aire.
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