La guitarra flamenca como acompañamiento

La mayoría de los guitarristas preferirían el término "colaboración" para describir su asociación con un cantante dotado. De hecho, el guitarrista desempeña un papel creativo equivalente al del cantante. Cuando un cantante y un guitarrista actúan juntos, se convierte en un diálogo en el que la interpretación de cada artista complementa a la del otro, haciendo que la suma de sus talentos combinados sea mayor que todas sus partes. Los guitarristas, por lo tanto, deben ser capaces de improvisar, teniendo la capacidad de ser flexibles en sus toques, para que puedan proporcionar el complemento perfecto a su compañero sin llegar a ser intrusivos, o peor aún, convirtiendo la actuación en una competición entre los dos artistas. Para sentir realmente el Cante, el guitarrista debe tener un conocimiento íntimo de las coplas, así como una profunda identificación con su aire. Es imprescindible un buen oído para las armonías de la música, con el fin de anticipar el movimiento del cantante a través de la música. Aún más difícil es acompañar al Baile Acompañar un baile requiere un dominio profundo del compás, así como que el guitarrista sea capaz de responder en un instante a los cambios de tempo del bailaor. Si un guitarrista quiere convertirse en un verdadero virtuoso del arte flamenco, aprender a colaborar con artistas de otras disciplinas es esencial para su formación musical. El acompañamiento es un arte sutil, quizás el logro más difícil de alcanzar para un guitarrista. Ciertamente, es más difícil que tocar solo, debido a la profundidad de la comunicación y el conocimiento que requiere la colaboración. Desgraciadamente, para la mayoría de los asistentes a conciertos fuera de España, estos talentos suelen pasar desapercibidos.

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