En su nivel más personal e íntimo, el aire es esa esencia distintiva que caracteriza a los verdaderos virtuosos del flamenco. Un gran intérprete tiene un aire, un aura que desafía cualquier definición, pero que le hace único, con un estilo que los entendidos reconocen al instante.
A medida que se sumerja más y más en el mundo de la música flamenca, desarrollará un sentido de los diferentes tipos de aire del flamenco, así como la habilidad para expresarlos en su propia interpretación musical. Escuche grabaciones, asista a conciertos y vea vídeos de los mejores artistas flamencos para desarrollar una profunda afición por el arte flamenco. Deje que el cante le hable tanto al corazón como a la mente. Beba de la fuente de la inspiración y crecerá como artista. El flamenco requiere algo más que una técnica impecable y unos dedos rápidos como el rayo. La musicalidad -el arte de la música- se resiente cuando la brillantez técnica es el objetivo final. Unas pocas notas tocadas con emoción pueden hablar más de la profundidad de la experiencia humana que toda la pericia técnica del mundo.
Dedique sus esfuerzos a producir un pulso constante y palpitante en el compás, asegurándose, mediante su fraseo y acentuación, de que la música dice algo con significado. Así estará tocando flamenco de verdad desde el principio, no una imitación de baratillo.